El Eco de las Ciudades Flotantes: Un Relato de Ciencia Ficción Post-Apocalíptica

El Eco de las Ciudades Flotantes: Un Relato de Ciencia Ficción Post-Apocalíptica

El sol de neón bañaba las ciudades flotantes de Aerion, proyectando sombras alargadas sobre la bruma perpetua que cubría lo que alguna vez fue la Tierra. Mara, con su mono de ingeniero desgastado y una tablet incrustada en el antebrazo, observaba desde el balcón de su módulo habitable. Abajo, las siluetas de drones de carga se movían como luciérnagas, llevando recursos vitales entre las plataformas.

Hacía generaciones que la superficie del planeta era inhabitable. La Gran Calima, producto de siglos de contaminación y decisiones nefastas, había forzado a la humanidad a ascender. Aerion era el culmen de la tecnología, un milagro de la ingeniería. Pero la incertidumbre flotaba en el aire, tan densa como la bruma.

Mara trabajaba en la Unidad de Integridad Estructural, una labor que pocos envidiaban. Su tarea era monitorear las anomalías sísmicas que, extrañamente, provenían de la superficie. Teorías había muchas: actividad volcánica latente, el colapso de antiguas estructuras subterráneas, o incluso, como susurraban los más conspiranoicos, movimientos de la vida primitiva que había logrado adaptarse.

Un día, los sensores detectaron un patrón. No era aleatorio. Era rítmico, pulsante. Demasiado regular para ser natural. Mara pasó noches enteras analizando los datos, filtrando el ruido de la Calima, hasta que una secuencia se hizo clara. Era un código binario primitivo, una señal.

Con el corazón latiéndole fuerte, lo tradujo. Era una advertencia. Un mensaje repetitivo y desgastado por el tiempo: «Se acerca. La purificación es inminente. Ascended, o pereced». Mara sintió un escalofrío. ¿Una purificación? ¿De qué? ¿Y quién lo enviaba?

El mensaje continuaba con coordenadas, que la tablet proyectó en un mapa tridimensional de la superficie. Era una antigua bóveda subterránea, de la que se creía que no había quedado nada. ¿Y si no estaban solos? ¿Y si algo había sobrevivido abajo y, de alguna manera, había logrado enviar un mensaje a través de la Calima?

La incertidumbre se transformó en una mezcla de miedo y fascinación. La humanidad había huido de la superficie, creyéndola muerta. Pero el eco de lo que yacía debajo, una voz antigua y misteriosa, estaba a punto de cambiar su visión del futuro. La supervivencia no solo dependía de la tecnología, sino de la verdad que yacía bajo la bruma.

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